Hace exactamente un año Catalunya se preparaba para la consulta del 9-N. La organización del evento estaba resultando complicada logísticamente, con un Gobierno español omnipresente que podía aprovechar la más mínima equivocación para llevar al Govern a los tribunales y una Unió que ponía pegas a rebasar los límites legales. Mas tampoco tenía grandes incentivos […]

Anuncio publicitario

Desde que Podemos se presentara en Catalunya con la sonora irrupción de Iglesias en la Vall d’Hebrón, no pasa un solo día sin que se publique un artículo hablando de la formación de Pablo Iglesias y el derecho a decidir. Uno de los últimos artículos en esta línea es de Jaume Asens, conocido abogado de los movimientos […]

El unionismo en Catalunya ha dejado al independentismo todos los argumentos democráticos al negarse en redondo a aceptar una consulta. Esto tiene efectos que van más allá del fracaso unionista, como es que para un tipo de independentismo atolondrado y sin programa le sea muy fácil ganar el debate por incomparecencia del rival. Catalunya necesita una campaña por el No desde el respeto del derecho a decidir para debatir consigo misma de por qué quiere ser un estado independiente. Una campaña por el No para que el independentismo avance.

La noche del 25 de mayo, cuando tras el rotundo triunfo de Podemos y Pablo Iglesias en las elecciones europeas algunos señalamos la importancia de la televisión en su gesta, muchos tomaron el comentario como una crítica. Entendían que, al decir que Iglesias había conseguido 5 diputados por salir en la tele, se estaban menospreciando sus ideas políticas o la gran campaña que había realizado su equipo. Pero nada más lejos de la realidad. Al contrario, el haber intuido desde el principio que la tele era mucho más eficaz para su campaña (en detrimento de internet u otro medios) y conseguir convertir las ondas catódicas en el gran difusor de sus planteamientos políticos son dos grandes virtudes que les encumbran como estrategas mucho más allá de la épica que pueda tener su estrategia. Es precisamente su renuncia a la forma en pos de la eficacia lo que dice sobre Podemos y el fenómeno social que diagnostica.

Llevo dos días sin parar de discutir sobre la noticia de El País sobre las 38 personas que murieron en el incendio provocado por partidarios del Maidán ucraniano en la localidad de Odesa. Mi postura sobre la noticia, resumiéndola mucho, tiene dos partes. En primer lugar, sí, creo que El País (nótese que hablo de El País y no de la periodista, luego explicaré por qué) sirvió la noticia muy mal, con evidente intención de manipular o al menos de arrimar el ascua a la sardina del Gobierno ucraniano. En segundo lugar creo que una gran parte las críticas lanzadas desde las redes sociales han sido sobrepasadas, exageradas e incluso frívolas.

¿Me he vuelto loco? ¿Tengo algún tipo de síndrome bipolar? Es posible que durante estos días haya podido parecer así por mis tuits, pero tuiter tiene la característica de que no permite explicar fácilmente una postura medianamente compleja. Durante estos días he oído de todo, desde que era un agente a sueldo (en serio) hasta que mi postura era puro corporativismo. Voy a tratar de explicar por qué creo las dos cosas a la vez.

Hoy publico un artículo en Naiz y Gara analizando las simetrías y asimetrías existentes entre el proceso soberanista catalán y el (no proceso) vasco, y trato de explicar por qué la izquierda independentista vasca se equivocaría si intentara emular el «método catalán».

En el año 2004 en Catalunya había un problema. El descontento entonces tenía origen en el encaje territorial. Traspaso de competencias, mejora fiscal o dar paso a un modelo federalizante del Estado eran algunas de las peticiones. De aquello han pasado 10 años. Ahora la petición de consenso de los catalanes es decidir por sí mismos el futuro político de Catalunya. Tratar de cambiar eso por cualquier tipo de reforma estatal, como hace el PSOE y el PSC, es como intentar curar una brecha con tiritas.

Hablar de ETA en público nunca es fácil. Yo mismo me he visto cuestionado por algunas cosas que he escrito aquí, esto es, hablar de ETA abiertamente y no siempre desde el punto de vista mayoritario entre mis lectores. Son gajes. Por eso cuando un alguien como Aitor y Amaia Merino eligen el tema que han elegido en Asier ETA Biok, tengo curiosidad. Porque, o son masocas, o creen que pueden hacer algo que de verdad merezca la pena.

Si algo tiene claro Moncloa es que no van a dejar que ETA ejecute su propia eutanasia. Así debe entenderse el bloqueo y las constantes negativas a ser receptores de armas o verificar un desarme organizado que se han conocido hasta ahora. Rajoy quiere escenificar el fin de ETA a su manera. Y su manera es la escenificación de una derrota policial. Es lo que han estado ensayando 40 años, es lo quieren los suyos y es la pizca de épica benemérita que le falta a su legislatura. Old style. Con detenidos en cascada, hallazgo de armamento, desmantelamiento de la cúpula y juicios mediáticos.

La manifestación de este sábado (12 de enero de 2013) en Bilbao marca un punto de inflexión importante en los últimos 15 años. Por primera vez el PNV y la izquierda abertzale se encuentran, y además en la calle. Es la visualización de que en Euskadi se están formando consensos en torno a una cuestión fundamental como son los presos condenados por terrorismo y, de forma más general, cómo abordar el fin de ETA.

Cuando las sociedades forman consensos se fortalecen y cohesionan. Y si esos consensos se rompen desde fuera, la gente se enfada mucho. Los vascos han establecido un consenso en torno a suavizar la política penitenciaria y el Estado debería escuchar este consenso si no quiere que la mayoría social vasca se incline hacia la ruptura, como de hecho ha pasado en Catalunya.

Pocos catalanes dudan de que una de las claves del éxito o fracaso del proceso soberanista es la imagen que de él se proyecte al exterior. Las coberturas sobre Catalunya en los medios internacionales causan gran expectación, pero ¿qué hay de la imagen que proyectan los diarios españoles? Un análisis de caso, en esta ocasión del Diario de Navarra en su edición del 23 de diciembre de 2013, nos puede aclarar cuál es la información que reciben nuestras abuelas sobre el proceso catalán.

En unos pocos días se cumplirán tres años de que Artur Mas ganara las elecciones que le abrieron la puerta del Govern de Catalunya. En aquella ocasión Mas obtuvo 62 escaños, una cifra comparable a las que obtenía Pujol en los 80 y primeros 90. Catalunya volvía a una etapa convergente tras 7 años de tripartit en los que el PSC había perdido el 50% de sus votos y se había producido el gran chasco del Estatut. Las cosas han dado un vuelco en tres años: Artur Mas está en uno de sus momentos más bajos. Según las encuestas recientes, CiU perdería el 50% de los votos obtenidos en 2010 y el proceso independentista esta tomando serios tintes de chasco, al menos para el partido del Govern.

Hay cosas que nacen con suerte o, simplemente, en el momento adecuado. En ocasiones nacer un par de años antes puede ser suficiente para cambiar por completo la historia de un partido. El caso de Ciutadans es uno de esos. Vio la luz solo un poco antes de que empezaran a tener peso los partidos monodiscursivos, penetró en el Parlament una legislatura antes de que el debate público catalán les favoreciera y resistieron agazapados y con los dedos cruzados a que su momento llegara.

6 años después, ha llegado. El partido de Albert Rivera está en plena explosión y no exactamente por méritos propios. El debate que más les favorecía ha llegado en un momento perfecto: están consolidados como marca españolista de pedigrí, pero no desgastados como otros partidos que han gestionado. Su mayor reto ahora es ser capaces de asimilar el entusiasmo recogido por el monotema antisoberanista y desangrar lo suficiente a PP y PSC para redibujar el mapa político catalán.

Han pasado muchos años desde los míticos «cociditos» de Javier Vizcaíno y las cosas han cambiado mucho en Euskal Herria. También en España. Pero no tanto en los medios de comunicación que parecen enfrascados en un septiembre eterno en el que todo lleva yendo a peor los últimos 15 años. «El norte se desgajaba en manos de los vascos» en 2007 y, pese a que ETA ha cesado hace ya dos años, la opinión publicada no encuentra un relato coherente para explicar los fenómenos que crean hoy hegemonía en el norte.

Si queda algún medio medianamente honesto en este país, esta mañana en sus redacciones deberían estar haciéndose esta pregunta: ¿Se puede explicar en España por qué cientos de jóvenes navarros duermen en una plaza para proteger a un chico condenado a 6 años de cárcel por terrorismo?

Como según los diarios de Madrid el conflicto nacional (ni siquiera hoy lo llaman así) lo empezó en 2012 Artur Mas, un gran acontecimiento histórico se ha borrado de la memoria compartida. Y sin embargo pasó. Pese a que nadie parezca acordarse, el federalismo ganó unas elecciones en Catalunya hace 12 años, de la mano […]

La llamada «nueva política» ha hecho una fructífera campaña con algunos temas recurrentes, como los sueldos de los cargos públicos, la colocación de familiares y amigos en puestos de libre designación o la transparencia de las instituciones. Son tres temas que bien merecen salir a la luz pública y ser tema de campaña, porque, en […]

Una campaña que contrapone las Rimas de Becquer al programa que ven 1 de cada 3 espectadores, como reclamo, se supone, para que alguien lea las Rimas de Becquer. Esta fue la brillante idea que se les ocurrió a un grupo de tuiteros la noche de la final de Gran Hermano Vip, el momento cumbre […]

Un hecho cierto: me paso el día criticando a Podemos, Ganemos, Bcn En Cómú, Capgirem, etc. Tengo una buena razón para ello. Son cosas que me importan, que intento observar de cerca y que me suscitan pensamientos, comentarios y, muchas veces, críticas. Por ejemplo, he escrito algunas aquí, o aquí, y aquí, y también aquí, y me temo […]